Poderoso baño San Miguel para destruir el mal que te ataca, abrir los caminos por mas trabas que se tengas, atrae la paz y la armonía espiritual, te da felicidad. y destrucción a tus enemigos.
Limpieza Espiritual:
Diluya un chorro de este gel de Baño San Miguel en 5 litros de agua, para aumentar su eficacia, agreguele: cascarilla y 7 gotas de Aceite San Miguel o Abre Caminos y el agua de la rosa de Jericó. Remueva en dirección a las agujas del reloj pidiendo lo que desea... Limpie los rincones húmedos y oscuros, puertas y ventanas que den al exterior de su hogar o negocio.
ORACIÓN:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Tú vencerás… Reza esta oración todos lo días, ya que la batalla es enorme…”) Oh Glorioso príncipe de la Hueste Celestial, San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla y en el terrible combate que estamos librando contra los principados y Potestades del aire, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, en contra de todos los Espíritus del Mal. Ven en ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó inmortal, hecho en ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó inmortal, hecho a su imagen y semejanza, y redimido por un gran precio, de la tiranía de Satanás. Pelea en este día la batalla del Señor, junto con los santos ángeles, igual que combatiste al líder de los orgullosos ángeles, Lucifer, y a su hueste apóstata, quienes no tuvieron poder para resistirte y tampoco hubo ya lugar para ellos en el cielo. Esa cruel serpiente antigua, llamada el diablo o Satanás, que seduce al mundo entero, fue arrojada al abismo junto con sus ángeles. Mira, este enemigo primitivo y asesino del hombre ha tomado fuerza. Transformado en un ángel de luz, anda alrededor del mundo con una multitud de espíritus perversos, invadiendo la tierra para borrar el nombre de Dios y de Jesucristo, apoderarse, asesinar y arrojar a la eterna perdición de las almas destinadas a la corona de la gloria eterna. Este malvado dragón vierte, como la inundación más impura, el veneno de su malicia en los hombres de mente depravada y corrupto corazón; el espíritu de mentira de impiedad, de blasfemia, y de aire pestilente de impureza, y de todo vicio e iniquidad.